SUEÑOS DE LOS PERROS

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Un sueño largo y de calidad ayuda a tu perro a procesar la información recibida durante el día, a fijar la memoria y a recuperar la energía y el vigor para afrontar una nueva jornada. Por ello, un buen descanso es imprescindible para mantener la buena salud de tu mascota.

Los cachorros pasan casi el 90% de su tiempo durmiendo. Al crecer las necesidades de descanso se van reduciendo de manera que 13 horas al día son suficientes.

Durante el día, el perro dormita en un sueño ligero y vigilante del que es posible despertarlo si se estimula alguno de sus sentidos. El verdadero descanso, que debemos procurar que coincida con el nuestro, debe durar al menos 8 horas seguidas.

El perro debe contar con un lugar fijo para dormir. Si el perro duerme en casa le instalaremos una cestita con un colchón o mantas en un rincón; si tenemos un perro fuera de casa será una caseta que le sirva de protección frente a adversidades climatológicas, de lugar de descanso y de refugio.

También debemos procurar que duerma siempre a la misma hora, para estabilizar su biorritmo y evitar molestias a los miembros de la familia o vecinos. 

La postura más adecuada para conciliar el sueño es echado y con la cabeza hacia un lado, ligeramente inclinada hacia atrás. Cuando se pasa a la fase REM (movimientos oculares rápidos) la postura variará porque mientras el perro sueña: gesticula, ladra, llora, eleva las orejas… Esta fase del sueño ocupa el 25% del tiempo que el perro está dormido y se manifiesta en todas las razas. Durante este tiempo debemos procurar no despertar a nuestra mascota pues corremos el riesgo de sufrir una mordedura.

Tanto el exceso de sueño, que favorece la obesidad, como el insomnio son complicaciones que afectan a su salud. Una falta de sueño prolongada altera el carácter del perro, desatando sus instintos agresivos. Al llegar a casa, de cachorros, los perros pueden presentar dificultades para dormir pues extrañan su antiguo hogar y a su madre o hermanos. Para ayudarles a sentirse más relajados podemos dejarles en su cesta o caseta algún peluche, una prenda de ropa impregnada de nuestro olor o incluso un reloj, que con su tic-tac recuerda al sonido de un corazón.

En cuanto a los ronquidos sólo en ciertas ocasiones son síntoma de alguna patología. Las razas braquicéfalas cuentan en su fisonomía con un estrechamiento de las vías respiratorias que propicia una presión intrarrespiratoria que causa el ronquido. En caso de afecciones cardiacas también aparece este signo, pero acompañado de otros: intolerancia al ejercicio, tos nocturna, etc.

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